20150308

vidas5

un mundo
adolescente
que nos cría desde nuestro nacimiento
un mundo lleno de locuras y asesinatos
preocupaciones demoníacas y carne sobre huesos
cuando era un niño de 9 años
no pensaba en este mundo como un lugar
sino más bien como un camino
huérfano desde los 7 aprendí que el dolor construye
nuestras galerías
jugaba igual con mis amigos y era bastante feliz a mi modo
solíamos inventar juegos
representábamos personajes de una guerra
subíamos a los árboles y también a la pared que dividía
nuestro pequeño barrio de una empresa que fabricaba cemento
creo que todos éramos felices a pesar de que sufríamos
cada uno sus propios dolores humanos
pero en la niñez eso no interesa
porque había que hacer canchas en baldíos para poder jugar al fútbol
apasionados éramos un grupo y andábamos juntos
teníamos autos de juguete y muñecos articulados
nos juntábamos en alguna casa a ver una película
en videocasetera
y nos divertíamos horas con los juegos de las primeras
computadoras hogareñas de los años 80
a veces se nos pasaba la mano con ciertas travesuras
y tenían que intervenir los adultos porque por ejemplo
entrábamos a una casa deshabitada y rompíamos todo
dañinos
o robábamos frutas de los árboles en patios ajenos
y a veces éramos también crueles pero
todos lo son en esa edad
una vez prendimos fuego un huerto de un viejo que vivía cerca
y llamaron a la policía
o nos robábamos golosinas de un kiosco
también sacábamos el vino de nuestros padres y lo tomábamos
sentados a la sombra de un olivo
mirábamos a las chicas del barrio
les mirábamos las piernas y nos fijábamos a cual le estaban saliendo las tetas
niños
después ya a los 14 o 15 nos ocurrían otras cosas y ya no era lo mismo
estudiábamos y era difícil la secundaria
ya no íbamos al cine a ver la doble función de los domingos
sino que nos atraía más la idea de estar con una prostituta y probar el sexo
solíamos ir a un viejo bar donde se podía espiar por una ventana
lo que hacían las putas que trabajaban clandestinamente ahí
dejamos las bicicletas abandonadas en nuestros patios
fumábamos a escondidas y sentíamos ese mareo de los primeros cigarrillos
conseguíamos algo de dinero vaya a saber uno de dónde
y comprábamos revistas playboy
yo acabé perdiendo la virginidad a los 14 con la empleada chilena que trabajaba en mi casa y fue una experiencia agridulce
todo en este mundo de vidas dementes y fascinantes.

No hay comentarios.: